El problema de la sensibilidad dental, también conocida como hiperestesia o hipersensibilidad dental, afecta a una parte importante de la población española. Se define como un dolor agudo causado por la exposición de la dentina y en respuesta a estímulos externos. En este artículo exploraremos las causas comunes de la sensibilidad dental, como la recesión de las encías, y el desgaste o rotura del esmalte; algunas de sus posibles casusas (como el cepillado agresivo o el bruxismo), así como los factores que pueden empeorar la afección. Evidentemente, en caso de sufrir este problema, debes consultar con tu dentista de confianza. Con este artículo, como con todos los que puedes leer aquí, nuestro fin es promover la prevención basada en el conocimiento, ya que si comprendemos qué nos provoca la sensibilidad dental, podremos tomar las medidas necesarias para prevenir, paliar y aliviar este problema dental tan común.

La naturaleza de la sensibilidad dental

Cuando experimentas un dolor repentino y agudo en los dientes al exponerlos a determinados estímulos como calor, frío, dulzor, acidez o presión, puede que estés sufriendo sensibilidad dental. Esta afección, también conocida como hipersensibilidad dentinaria o sensibilidad radicular, puede ser bastante molesta y a menudo se localiza en dientes o zonas concretas de la boca. Se trata de un problema frecuente, que afecta aproximadamente a una de cada diez personas en España, y puede repercutir significativamente en la calidad de vida de una persona, sobre todo en sus elecciones dietéticas y prácticas de higiene bucal.

La sensibilidad dental no es algo que ocurra una sola vez; suele ser un problema crónico que requiere tratamiento. La buena noticia es que la odontología general dispone de varios tratamientos para tratar y aliviar los síntomas, proporcionando alivio y permitiendo que las personas recuperen su comodidad bucal.

Potenciales desencadenantes de la sensibilidad dental

Los desencadenantes de la sensibilidad dental suelen ser aparentemente inofensivos y comunes en la vida diaria. Incluyen, entre otros, el consumo de alimentos y bebidas frías o calientes, artículos dulces o ácidos, e incluso el simple acto de cepillarse los dientes. El dolor que se experimenta como consecuencia de estos estímulos se debe a la exposición de la parte interna del diente, la dentina, que está conectada a las terminaciones nerviosas. Como resultado, estos desencadenantes pueden provocar un dolor rápido y agudo característico de la sensibilidad dental, por lo que es esencial comprender las causas fundamentales y los tratamientos disponibles para controlar eficazmente la afección.

Entender la sensibilidad dental

La sensibilidad dental se caracteriza por un dolor agudo y agudo en respuesta a diversos estímulos externos. Se produce cuando la cubierta protectora del diente, conocida como esmalte, y la capa subyacente, llamada dentina, se vuelven permeables a ciertos desencadenantes, lo que provoca molestias. El dolor asociado a la sensibilidad dental suele ser intenso y puede afectar a las actividades cotidianas, sobre todo a las relacionadas con comer y beber. Aunque los síntomas específicos y los desencadenantes pueden variar de una persona a otra, en general se sabe que la afección es manejable con el enfoque adecuado, que puede incluir tratamientos dentales profesionales y ajustes en la rutina de cuidado bucal.

Explorando las causas de la sensibilidad dental

Varios factores pueden contribuir al desarrollo y agravamiento de la sensibilidad dental. Entre los más comunes está la recesión de las encías, que expone las raíces del diente y las hace más susceptibles a los estímulos externos. Además, la erosión o desgaste gradual de la capa protectora del esmalte, a menudo debido a un cepillado agresivo o a un régimen de cuidado dental deficiente, puede provocar un aumento de la sensibilidad. Las afecciones dentales, como las caries y la enfermedad periodontal, también pueden desempeñar un papel importante en la aparición de la sensibilidad dental, ya que afectan a la estructura general y a la salud de los dientes afectados. Al comprender estas causas subyacentes, las personas pueden trabajar con profesionales dentales para identificar el tratamiento más adecuado y las estrategias de prevención adaptadas a sus necesidades específicas.

Recesión de las encías

La retracción de las encías, que es el resultado de diversos factores como la enfermedad periodontal, la predisposición genética y el cepillado enérgico, puede exponer las raíces de los dientes. Esta exposición no sólo afecta al aspecto estético de la sonrisa, sino que también aumenta el riesgo de sensibilidad dental. Las raíces de los dientes, al quedar al descubierto, carecen de la capa protectora de esmalte y son más propensas al dolor y las molestias cuando se exponen a estímulos calientes, fríos, dulces o ácidos. Abordar las causas subyacentes de la recesión de las encías y tomar medidas para proteger las zonas expuestas de los dientes puede ayudar a controlar y reducir el impacto de la sensibilidad dental.

Esmalte dental desgastado

La capa protectora de esmalte de los dientes puede desgastarse debido a diversos factores, como el cepillado agresivo, el rechinamiento habitual de los dientes y el consumo de alimentos y bebidas muy ácidos. Cuando el esmalte está deteriorado, la dentina subyacente es más vulnerable a los estímulos externos, lo que provoca sensibilidad dental. Además, ciertas elecciones y hábitos de estilo de vida, como una dieta pobre y una higiene bucal inadecuada, pueden contribuir a la erosión del esmalte dental, agravando aún más el problema. Si se abordan las causas fundamentales de la erosión del esmalte y se introducen los cambios necesarios en los hábitos de cuidado bucal, las personas pueden ayudar a prevenir y controlar el impacto de la sensibilidad dental en su vida diaria.

Cepillado agresivo

Cepillar los dientes con excesiva fuerza o utilizar un cepillo de cerdas duras pueden parecer prácticas de higiene bucal eficaces, pero en realidad tienen efectos perjudiciales, como desgastar el esmalte, causar daños, y exponer la estructura dental sensible. La acción abrasiva de un cepillado agresivo puede provocar no sólo la erosión del esmalte, sino también contribuir a la recesión de las encías, factores ambos importantes en el desarrollo de la sensibilidad dental. Adoptando un enfoque más suave del cepillado, utilizando un cepillo de cerdas suaves y teniendo en cuenta la técnica adecuada, las personas pueden proteger el esmalte dental y minimizar el riesgo de sufrir sensibilidad dental. No dudes en preguntar a tu dentista o higienista y así, con su ayuda, mejorar tu técnica de cepillado.

Caries y enfermedades dentales

Las caries, así como las enfermedades dentales más graves, como la enfermedad periodontal, pueden comprometer la integridad estructural de los dientes y repercutir directamente en la sensibilidad de las zonas afectadas. La presencia de caries y la progresión de la enfermedad periodontal pueden exponer los tejidos internos y con ellos los nervios del diente, lo que aumenta la sensibilidad a diversos estímulos. Además, estas afecciones suelen requerir la intervención de un profesional para tratar los daños y restablecer la salud bucodental, por lo que es esencial que las personas busquen un tratamiento oportuno para mitigar los efectos de la sensibilidad dental y evitar su reaparición.

Identificar los factores que exacerban la sensibilidad dental

Aunque ciertos factores contribuyen directamente al desarrollo de la sensibilidad dental, existen elementos adicionales que pueden exacerbar la afección, por lo que es esencial reconocerlos y abordarlos para gestionar eficazmente las molestias bucodentales. Entre estos factores exacerbantes se encuentran el consumo de alimentos y bebidas muy ácidos y/o azucarados, así como el uso de una técnica de cepillado demasiado enérgica. Al comprender el papel de estos elementos en el empeoramiento de la sensibilidad dental, logramos la información necesaria para tomar decisiones informadas dirigidas a proteger nuestra salud dental y trabajar para reducir el impacto de esta afección en nuestra vida cotidiana.

Impacto de los alimentos y bebidas ácidos

Los alimentos y bebidas ácidos, incluidos los cítricos, las bebidas carbonatadas (como muchos de los refrescos más conocidos) y ciertos tipos de vino, pueden contribuir a la erosión del esmalte dental, haciendo que los dientes sean más susceptibles a la sensibilidad y las molestias. El consumo regular de estos elementos ácidos puede desgastar gradualmente la capa protectora de los dientes, exponiendo la dentina subyacente y provocando un aumento de la sensibilidad. Por ello, se aconseja a las personas que experimentan sensibilidad dental que reduzcan al mínimo el consumo de productos muy ácidos y consideren medidas preventivas, como utilizar una pajita al consumir estas bebidas para minimizar el contacto y el impacto de los ácidos en sus piezas dentales y preservar a sí su integridad.

La importancia de un cuidado bucal con un cepillado suave

Una higiene bucal adecuada, que incluya un cepillado regular y suave, es vital para mantener la salud dental y minimizar el riesgo de sensibilidad dental. Utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves y emplear movimientos suaves y circulares durante el cepillado puede ayudar a prevenir daños mayores en el esmalte y reducir las posibles molestias bucales. Además, se anima a las personas a tener en cuenta su rutina general de cuidado bucal, incluido el uso de una pasta dentífrica no abrasiva y la incorporación del hilo dental y el enjuague bucal para garantizar una protección completa de dientes y encías. Al realizar estos ajustes en sus hábitos de cuidado bucal, las personas pueden trabajar de forma proactiva para reducir el impacto de la sensibilidad dental y promover el bienestar bucal a largo plazo.

Conclusión

En conclusión, la sensibilidad dental (hiperestesia o hipersensibilidad) es un problema común que afecta a 1 de cada 10 españoles. Se define como un dolor agudo causado por la exposición de la dentina a estímulos externos y puede desencadenarse por diversos factores como la recesión de las encías, el desgaste del esmalte, el cepillado agresivo y afecciones dentales como caries o periodontitis. Cuidar adecuadamente la higiene bucal y evitar los alimentos ácidos y azucarados puede ayudar a aliviar y prevenir la sensibilidad dental. Buscar tratamiento en un dentista es lo necesario para abordar las causas subyacentes y proporcionar alivio a esta incómoda afección.